Hemos pasado un par de días en Arnedillo con nuestras hijas, y hemos tenido la suerte de, sin conocerla, alojarnos en La Fuente, la casa de Belén y Lucía.
Nos hemos sentido tratados como si fuéramos viejos amigos, Belén siempre ofreciendo todo lo necesario para estar como en casa, amable, sociable y comunicativa, puso a nuestra disposición cocina, libros y lo que necesitáramos.
Muy recomendable.
Gracias.