La casa es estupenda con una decoración bonita y sencilla en la que se está genial, tanto en invierno como en verano. Bañarse en las pozas a la luz de la luna en pleno diciembre no tiene precio y están al lado de la casa.
Abrir la venana y ver ese paisaje...
La atención de la dueña, Belen, es maravillosa, atenta y educada.
Sobran motivos para pasar un fin de semana o los días que se pueda.